Lo que la interactividad esconde
El otro día estaba comiendo con algunos compañeros de trabajo y, cómo no, el tema de conversación era la comida. Hablábamos de hamburgueserías cuando uno de mis compañeros cogió su móvil para enfatizar cuál era la mejor de Barcelona.
– ¡Mirad qué fotos comparten en Facebook! Y siempre a la hora de comer que te entra un hambre… Mientras nos enseñaba la foto de una hamburguesa enorme, con una pinta exquisita, colgada en la página de Facebook de dicha hamburguesería.
– ¿Le has dado a “Me gusta”? Le pregunté
– No.
– Y, sin embargo, te encanta esa foto y el restaurante entero. Insistí.
– ¡Sí! Afirmó.
Lo que la interactividad esconde
La única manera demostrable que tiene esa hamburguesería de medir su actividad en Facebook es mediante los kpi’s de: interacción, alcance, engagement rate, etc.
Ese post de la foto tenía 23 “Me gustas” y 4 comentarios de entre los 7.828 fans que tiene la hamburguesería en Facebook; y es de las últimas publicaciones con más interacción. Cualquier persona que visite su página, vea la interacción de ese post y luego el número total de fans, pensará a simple vista que nadie les hace caso. ¿Qué alcance puede haber tenido?
Teniendo en cuenta que aproximadamente el alcance orgánico máximo es de un 10% del total del número de fans y que luego puede aumentar según la interacción que tenga, vamos a suponer que el post en cuestión ha tenido un alcance de unas 500 personas, más o menos; y sólo 23 le han dado a “Me Gusta”.
Afortunadamente, a veces conseguimos que un número determinado de personas – fans – se acuerden de lo que han visto en su muro; y éste es un kpi difícil de demostrar en un informe a final de mes, y, sin embargo, es el más importante.
Esta hamburguesería con 7.828 fans y una interacción ridícula por post – aparentemente –, ha conseguido lo más complicado: la recomendación de un cliente enamorado. Y esto no queda reflejado en sus datos de Facebook. Debemos cambiar la manera de analizar los datos.
Imagen: Shot by Cerqueira (Unsplash)